Hola, soy Carlos de Otto. Ayudo a financiar Startups desde Startupxplore. He creado un par de empresas en el camino.
En Senda, comparto semanalmente mis aprendizajes emprendiendo, de forma útil y aplicable, aunque a veces hay batallitas.
Carlos.
La idea de partida, en una Startup, es lo que menos valor tiene, pero es donde empieza todo. Es por donde normalmente se empieza, e incita a emprender. Por eso es importante, pero es insuficiente.
Hoy vamos a poner la Idea en su sitio, y ver que, analizar una Oportunidad, es mucho más relevante. Puede mejorar tu idea, o incluso cambiarla por completo.
La Oportunidad
Lo primero es que una idea, sin más, es una idea feliz. De esas está el mundo lleno.
Para que deje de serlo debe estar realmente contrastada. Basarse en una estadística o una tendencia no es haber validado nada. Sé crítico con tu inspiración.
Tu prioridad debería ser identificar una Oportunidad, no tanto una idea.
Una Oportunidad tiene esta pinta:
Un conjunto de clientes muy concretos (pero que muy concretos, aunque sean pocos), que tienen un problema importante (a ser posible urgente) y unas motivaciones ocultas que conoces. Y ya la bomba: dispuestos a pagar porque alguien les resuelva la situación.
Si tienes una oportunidad así, ya puedes dejar volar tu creatividad y pensar en ideas de cómo abordarla.
Tu Idea debe cambiar, tu Visión no
Las ideas no son fijas, deben evolucionar si quieres acertar. Recuerda que esto de emprender no va de tener razón, va del resultado, y si para ello tienes que adaptarte a lo que aprendes del mercado, pues sea.
Lo que no debe cambiar es tu Visión. Debes ser fiel a tu Visión del problema. Si realmente has identificado una Oportunidad, y la has hecho propia, es porque conoces esas motivaciones ocultas de las que hablábamos y tienes una manera única de abordarla, de desbloquearla. Esa es tu Visión.
Bajo qué forma se resolverá es lo que puede cambiar, la idea, el producto, pero tu Visión permanece inalterable.
Un ejemplo real
Aquí viene la batallita (Siempre hay alguna):
En 2013, estaba trabajando en Telefónica Digital, con productos digitales en torno al well-being. Empezaban los "Activity Trackers", Fitbit, Jawbone o similares.
Era consciente de que el ejercicio es insuficiente para alcanzar tus objetivos si no va acompañado de una dieta saludable.
Con semejante moda de pulseras, vi la oportunidad de ayudar a la gente a aprender a comer sano, a comer bien. Esa era la Visión.
Era mi segunda Startup, con lo que yo era listísimo.
Mi idea feliz era digitalizar a los nutricionistas, que son quienes tienen los conocimientos, y así facilitar el acceso a millones de personas a ese conocimiento. Genial oyes.
Me enfrenté a dos realidades:
Los nutricionistas tenían otros problemas y motivaciones que yo no resolvía, y ser digitalizados no entraba en sus planes.
La más importante: La gente no quería cambiar sus hábitos alimenticios.
Pero insistimos y…
Descubrimos que las personas, la mayoría, el gran mercado, quiere el resultado, pero no lo que hay que hacer para conseguirlo.
Estaban dispuestas a pagar por un resultado sin esfuerzo, o en su defecto, pagar por sentir que lo estaban haciendo bien, aunque no sirviera para nada.
Como lo primero no existe, nos centramos en lo segundo, y lo encontramos: creamos Talleres de cocina saludable, de una semana, en directo.
Esa idea acabó siendo nuestro Producto: nuestras clientas (99% Mujeres) hacían Talleres en el móvil junto con Instagramers que admiraban.
Aprendían a cocinar recetas saludables. Lo hacían en vivo, con otras personas, lo cual lo convertía en puro entretenimiento.
Cada día recibían una receta que tenían que cocinar en su casa y compartir con las demás, durante 7 días.
Resultado: indirectamente les llevaba a incorporar hábitos saludables, pero no pagaban por eso. Pagaban porque les acercaba a las Instagramers que seguían y les hacía pensar que eran como ellas, compartiendo y cocinando "juntas". Funcionaba de miedo.
No cambió nuestra Visión de “Conseguir que la gente adquiriese hábitos saludables” sino que cambió cómo lo conseguíamos. Tuvimos que adaptar nuestra idea a lo que nos encontramos en la realidad del mercado, pero de esta manera éramos capaces de desbloquear la Oportunidad.
La empresa la cerré igualmente, pero eso es otra historia. Aquí no hay paños calientes.
Hoy hemos hablado de la Idea, pero también de la Oportunidad y de la Visión. Éstas últimas tendrán sus correspondientes entregas específicas, dado que es muy importante definirlas bien.
Vamos poniendo orden en qué es cada cosa y su importancia, y eso te ayudará a poner orden en tu cabeza sobre tu proyecto y como abordas todo esto. Para no engañarte y saber lo que debes construir.
Gracias por leerme. Si consideras que todo esto puede ser útil a otros emprendedores, házselo saber!! comparte por la vía que más te guste. Y si no lo has hecho todavía, suscríbete. Gracias!
Gracias por los consejos y por el ejemplo! Los emprendedores necesitamos menos gurús y más experiencias para adquirir vivencias de lo real. Saludos,
Juanjo Álvarez